Cuenta cómo un sabio visita un pueblo para dar clases y enseñar. Los habitantes de este puedo no estaban interesados en estas clases y no le hacían caso. Hasta el punto de que se reían de él y encima le insultaban. Un día iba por la calle y unos chavales se burlaron de él y ,sin embargo, los bendijo . Los niños le dijeron que si estaba sordo porque no escuchaba los insultos . El sabio contestó que cada uno ofrece lo que puede.
Este cuento nos enseña que cada uno hace lo que puede y lo hace por el bien de los demás. Ha sido una historia muy educativa.
Alberto González.
1 comentarios:
¡Muy bien Alberto! Pero la próxima vez, acuérdate de firmar (he escrito tu nombre bajo la entrada).
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